Mujerzotas

Sophie Scholl,

la estudiante que lo dio todo por un cambio

El 23 de mayo se celebra el Día del Estudiante y creo que para conmemorar esta ocasión vale la pena recordar y reconocer a una gran estudiante que dio la vida buscando e impulsando un cambio en su país. Muchos la llamarán mártir, porque murió por su causa, yo como estudiante y periodista la llamó heroína y ejemplo a seguir. Sin más preámbulo me gustaría compartirte la historia de Sophie Scholl una estudiante alemana que fue ejecutada por oponerse al gobierno nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Sophie Scholl nació el 9 de mayo de 1921 en Alemania, tuvo una niñez tranquila. Y cuando cumplió 12 años se unió a la Liga de las Muchachas Alemanas, la organización femenil de las Juventudes Hitlerianas. Como muchos otros jóvenes de la época creía que estaba apoyando una gran causa y siendo fiel a su patria. Sin embargo, al crecer fue desarrollando una de las habilidades más importantes que el ser humano, particularmente desde la juventud, debe tener, el análisis crítico. 

El padre de Sophie, siempre se opuso vocalmente a Hitler y el nazismo, y en un principio, esta era una visión que sus hijos no compartían. No obstante, gracias al análisis crítico que pudieron desarrollar, comprendieron la visión agresiva del gobierno y Sophie y sus hermanos se convirtieron en opositores tenaces de la dictadura hitleriana.

La oposición de Sophie llegó a tal grado que criticó a su novio Fritz por su servicio militar al gobierno, ella dejó de creer la mentira de “por la patria”. Esto le parecía repugnante.

La resistencia

Como requisito para entrar a la universidad, Sophie realizó unas prácticas como educadora para un jardín de niños. En 1941, tuvo que permanecer seis meses en el servicio auxiliar de la guerra, como profesora. El estar tan cerca del régimen militar le trajo muchas reflexiones y empezó a resistir de manera pasiva.

En 1942, finalmente se une a su hermano Hans en la Universidad de Múnich para estudiar biología y filosofía. En la universidad, Hans y Sophie tenían el mismo círculo de amigos, con quienes compartían sus gustos por la cultura, la filosofía y el arte. Para este momento, ya había varios estudiantes que habían sido parte del servicio militar y habían tomado la decisión de resistir al gobierno opresor y maligno bajo el que vivían.

Con el objetivo de resistir, Hans Scholl y Alexander Schmorell fundaron el movimiento de “la Rosa Blanca”, al que más adelante se unirían Sophie y gran parte de su círculo de amistades y un profesor. Ellos pretendían denunciar las políticas y acciones nazis, fueron uno de los pocos movimientos en denunciar el genocidio nazi. 

Con este objetivo en mente, “La Rosa Blanca” imprimía y repartía folletos en los que urgían a otros ciudadanos a resistir al régimen hitleriano, denunciaban asesinatos a judíos inocentes y exigían un fin para la guerra. “No nos callarán”, escribía el grupo de jóvenes, “somos tu mala conciencia y no te dejaremos en paz”.

El 18 de febrero de ese mismo año, los hermanos Scholl repartían folletos en la universidad. Sophie subió al piso superior del edificio y dejó caer un manojo de folletos hacia los pisos inferiores para que el mayor número de estudiantes los viera. Un conserje vio las páginas caer y alertó a la Gestapo, la policía secreta.

No pudieron huir a tiempo, ese mismo día fueron arrestados e interrogados. Después de un pequeño juicio fueron sentenciados a muerte. Sophie y Hans se rehusaron a delatar al resto de los miembros de La Rosa Blanca, pero unos meses después todos habrían sido encontrados y muertos a manos del gobierno.

Sophie Scholl murió por guillotina, a los 21 años. Sus últimas palabras fueron: “Qué día tan lindo y soleado, y debo marcharme… ¿Qué importa mi muerte, si por nosotros, miles de personas despertaron y fueron motivadas a emprender acciones?”.

Sophie Scholl murió por expresar sus ideas. Murió por la privación de la libertad de expresión en la Alemania nazi. Y por tener la valentía de decir la verdad. Los estudiantes de hoy en día debemos estar conscientes del privilegio que es estudiar y poder expresarnos con libertad. No debemos olvidar que antes que nada debemos actuar con y por la verdad, y debemos aprender a utilizar este privilegio a favor de ésta. No olvidemos a Sophie Scholl, quien murió feliz e injustamente por haber hecho lo correcto.